Palma de Mallorca, España - Artista (Pintura)
K A L Y A N A
Nació en Palma de Mallorca, ha vivido en Canarias,
Madrid, Wane-Eikel (Alemania), Oss ( Holanda), Santa F e de Bogotá
(Colombia), y de nuevo en Madrid. Actualmente reside y trabaja desde hace
19 años en Granada - España. María Teresa Martínez de Medina que
después de un viaje a la India a un Ashram de Osho, en la ciudad de Pune
,se le ha concedido eL nombre d e «KALYANA» que significa « Luz Interior»
la cual la plasma en su obra y la proyecta al observador por medio de su
pintura ,con una paleta de azules cósmicos ,rojos y naranjas incandescentes y
dorados sublimes.
Con figuras míticas galácticas, que con todos estos elementos su obra nos
hace transportarnos a un viaje dimensional a sentir nuestros orígenes en el
universo y sentir realmente de donde venimos .Kalyana ,siente y expresa
que el arte trabaja con nuestra propia conciencia. Con el material que están
hechos los sueños. Hay múltiples maneras de expresar algo de nosotros
mismos y de nuestro mundo para reconectarnos con nuestra verdadera
fuente de vida y amor, desde otra dimensión, atravesar el mundo
desconocido y aproximarnos al misterio de la « Realidad Mágica» y desde
allí poder llegar al cosmos, a ese espacio donde abarca todo lo que existe.
Es decir, los, planetas, la energía, la luz, las galaxias, los satélites y las
estrellas, etc. Dentro de la constelación de tauro se encuentran un conjunto
de 7 estrellas llamadas «Pléyades» ,donde viven seres humanoides con alto
nivel de conciencia y amor «Los Pleyadianos», ellos dicen ser nuestros
ancestros ,nuestros padres genéticos, están con nosotros ,cuidándonos y
observándonos desde tiempos remotos, para nuestro resurgimiento como seres
de luz. Su biología es como la nuestra, pero su desarrollo espiritual y
tecnológico es mucho mas avanzado que el de la Tierra.
Estos seres de luz se han ofrecido como nuestros guías y maestros para nuestra
evolución espiritual y Kalyana por medio de su obra pictórica quiere expandir
este mensaje de luz como símbolo de esperanza y amor.
En la vastedad del cielo nocturno,
el universo despliega su manto,
constelaciones danzan en lo alto,
un ballet cósmico, eterno y junto.
Galaxias tejen historias en el éter,
susurran secretos de estrellas lejanas,
en el lienzo negro del universo se esmeran,
pintando con luz, las noches son hazañas.
Planetas danzan en su danza astral,
entre el firmamento, un baile sin fin,
el universo, un poema celestial,
donde los astros componen su festín.
En la inmensidad de este vasto lienzo,
donde la oscuridad y la luz se entrelazan,
somos partícipes de este gran comienzo,
espejos del universo, en su danza abrazan.
En el cielo de los sueños, pleyadiano verde,
donde las estrellas danzan en un manto de luz,
una galaxia cobra vida, un universo que hierve,
espejos cósmicos reflejan un éxtasis seductor.
Bajo el éter etéreo, el verde resplandece,
como hojas danzantes en la brisa estelar,
pintando constelaciones con pinceles celestes,
el color de los astros, un viaje singular.
Pleyadiano verde, esencia de la eternidad,
un jardín de esperanza en el cosmos insondable,
tu luz destila la paz con sutilidad,
en la vastedad cósmica, un susurro amable.
En el lienzo sideral, el verde se despliega,
un tapiz mágico de galaxias que entrelazan,
un canto cósmico que al corazón llega,
verde pleyadiano, en el infinito se abrazan.
En el lienzo del cosmos extendido,
una familia cósmica, la danza de estrellas,
entrelazando destinos en su vuelo compartido,
tejiendo la trama de historias tan bellas.
Galaxias son la madre, con brazos de espirales,
suspirando constelaciones como hijos amados,
en el oscuro abrazo de noches siderales,
la familia cósmica, en sus lazos enredados.
Planetarias órbitas, como lazos que atan,
hermanan a mundos en su danza universal,
satélites que en la danza celeste chocan,
formando parte de un linaje sideral.
En el éter, la familia cósmica se entiende,
como constelaciones que en el cielo se abrazan,
estrellas fugaces, promesas que se encienden,
un lazo etéreo que ningún tiempo desgraza.
En el vasto lienzo del universo,
se despliega el arte de lo etéreo,
pleyadianos danzan en el verso,
susurran secretos al tiempo ligero.
En la paleta cósmica, colores divinos,
pintan constelaciones, estrellas danzarinas,
los pleyadianos, artistas divinos,
tejen en el éter, sus creaciones divinas.
Lienzo estelar, reflejo de galaxias lejanas,
arte cósmico en cada rincón celeste,
los pleyadianos, con manos soberanas,
crean en el espacio su propia peste.
Entre nebulosas y luces siderales,
los pleyadianos esculpen la realidad,
arte cósmico, travesía de umbrales,
donde cada estrella es su propia verdad.
En el lienzo cósmico de la noche estrellada,
donde la paleta del universo se despliega,
los pleyadianos danzan, su arte deslumbrada,
pintando constelaciones en la vasta tela ciega.
Con pinceles de luz y colores siderales,
tejen las estrellas su danza galáctica,
mientras los pleyadianos, como seres celestiales,
crean arte en el cosmos con pasión enfática.
Sus trazos forman nebulosas de caleidoscopios,
un ballet cósmico en el lienzo sideral,
donde el arte y la esencia se tornan hipnóticos,
revelando secretos de un planeta celestial.
En la penumbra del espacio, un encuentro mágico,
entre humanos y pleyadianos, un lazo se entreteje,
arte y extraterrestres en un abrazo fantástico,
una sinfonía cósmica, donde el alma florece.
En la paleta del alma, colores divinos,
el arte y la espiritualidad entrelazados,
pinceles que danzan en trazos divinos,
revelando secretos en lienzos sagrados.
La luz del ser en la creación se refleja,
como un faro que guía al espíritu errante,
la esencia del arte, llama que parpadea,
iluminando el camino hacia lo importante.
En la danza del cosmos, el lienzo universal,
cada estrella, un trazo de divina inspiración,
el artista cósmico, sublime y celestial,
teje la trama del ser en su creación.
El arte es templo, la espiritualidad su fe,
un encuentro entre lo terrenal y lo divino,
en cada trazo, el alma encuentra su ley,
un sendero que conduce al amor genuino.
En la tela de la vida, espiritual lienzo,
se entrelazan las formas, colores del alma,
arte y espiritualidad, en eterno abrazo inmenso,
tejiendo juntos la trama de la calma.
En el lienzo del tiempo, el arte danza,
pinceles de sueños trazan la esperanza.
Colores de vida en cada pincelada,
un sublime canto de almas enamoradas.
En el lienzo del alma, el arte florece,
cada emoción es un trazo que enriquece.
La paleta de experiencias se despliega,
tejiendo la vida con hilos de entrega.
El arte es un suspiro en la vastedad,
un lienzo donde la vida se entrelaza.
En cada trazo late un corazón,
pintando momentos con pura pasión.
Sublime es el encuentro entre arte y destino,
un baile eterno, un lazo divino.
En el lienzo de la existencia se plasma,
la sinfonía de la vida, un arte que embalsama.
En el vasto universo de misterios sin fin,
donde las estrellas danzan en un eterno festín,
se teje el arte, creación sublime,
un lienzo cósmico donde la luz se deslíe.
Pleyadianos, seres de otro confín,
exploran galaxias con su luz sutil,
artistas celestiales, su esencia es arte,
en la danza cósmica, dejan su estandarte.
Sus ojos reflejan universos en su mirar,
pintores de constelaciones, en el cielo brillar,
tejiendo versos en la noche estrellada,
un arte divino que nunca se acaba.
En el lienzo del espacio, dan forma a sueños,
los pleyadianos, guardianes de secretos pequeños,
una sinfonía de estrellas en su voz,
arte etéreo que al corazón conmueve.
Así en la vastedad de este inmenso escenario,
el universo y el arte entrelazan su diario,
pleyadianos danzan en la noche sin final,
tejiendo poesía en el espacio celestial.
En la danza de estrellas, espiritualidad se teje,
un manto de misterios que el cosmos herede.
Entre constelaciones, un arte extraterrestre,
pintando el lienzo cósmico, donde el alma se festeje.
En la penumbra del universo, se alza la esencia,
un susurro etéreo, una divina presencia.
Arte extraterrestre, pinceladas de luz,
en la vastedad celeste, una danza seduz.
Las galaxias componen partituras divinas,
melodías de éter, espiritualidad que culmina.
En el lienzo estelar, trazos que despiertan,
un arte extraterrestre que al corazón concierta.
Entre dimensiones, la espiritualidad fluye,
un río eterno donde el ser se diluye.
Arte extraterrestre, la creación celeste,
un poema cósmico que el alma investe.
En el rincón del universo, entre estrellas danzarinas,
la familia pleyadiana, con la espiritualidad divina.
Sus lazos cósmicos tejen, en hilos de luz radiante,
un vínculo etéreo, amor incesante.
En el éter celestial, sus almas se entrelazan,
tejiendo historias de amor, que el cosmos abraza.
La espiritualidad es su guía, su faro en la travesía,
un camino de ascenso hacia la eternidad.
En la danza de las esferas, la familia pleyadiana se encuentra,
seres de luz que desde lejos, su amor en la distancia cuentan.
La sabiduría ancestral en cada gesto palpita,
una conexión cósmica que el alma grita.
En el susurro del viento estelar, resonando en la eternidad,
la familia pleyadiana, con su espiritualidad,
trasciende las galaxias, tejida en un lazo sagrado,
un legado de amor eterno, en lo cósmico consagrado.
En el rincón sagrado de la espiritualidad,
donde el alma infinita danza en libertad,
se teje un lazo entre el cielo y la tierra,
un susurro del universo que el corazón encierra.
Entre estrellas que pintan el lienzo del anochecer,
el alma se eleva, como ave que quiere renacer.
En lo más profundo, donde la luz se entrelaza,
la espiritualidad despierta y el ser abraza.
En la quietud de la meditación serena,
el universo revela su esencia plena.
El alma, como río eterno, fluye sin medida,
navegando por la vastedad de esta vida.
En cada pensamiento, en cada latido,
se entrelazan los hilos del destino compartido.
La espiritualidad, faro en la oscuridad,
guiando el alma infinita hacia su verdad.
En el vasto lienzo cósmico del universo,
cada ser es un verso, una nota en el concierto.
Así, en la danza eterna de la existencia,
la espiritualidad y el alma hallan su coherencia.
Bajo el manto del alma, en la penumbra sutil,
donde los sueños danzan en un rincón sutil.
Se despierta el espíritu artístico, cual flor en rocío,
pintando versos en el lienzo del hastío.
En la paleta de la vida, colores vibrantes se entrelazan,
como notas musicales que en el viento abrazan.
El alma, un lienzo en blanco, espera paciente,
que el arte interior se revele, sublime y elocuente.
Espíritu artístico, cual faro en la tormenta,
navega las aguas de la inspiración que fermenta.
En el ocaso de la duda, en la aurora del desvelo,
se forja la creación, un universo paralelo.
Bajo el manto del alma, el arte resplandece,
como estrellas en la noche que el corazón estremece.
Que cada trazo y cada verso, como suspiro etéreo,
tejan el tejido mágico del espíritu, siempre sincero.
En los cielos de la noche danzante,
donde estrellas cuentan su antiguo cantar,
surgen pleyadianos, gente del más allá,
sus luces guiando destinos en el vasto mar.
Gente del cosmos, misterios en sus ojos,
tejedores de sueños, en la esfera celeste,
guias espirituales, susurran en susurros,
secretos ancestrales que el corazón arreste.
En el rincón cósmico, la danza eterna,
se entrelazan destinos, tiempos y galaxias,
pleyadianos danzando en la esencia etérea,
tejiendo la trama de nuestras melodías.
Oh, pueblo del mas allá, sabios caminantes,
susurran secretos en la brisa estelar,
guías espirituales, invisibles amantes,
tejiendo hilos de luz en el vasto azar.
Que sus luces guíen, en la noche serena,
como faros de amor, en la oscuridad,
pleyadianos, gente del mas allá,
nuestros guías espirituales en la inmensidad.
En el rincón del universo, danza el amor,
un canto celestial, una eterna flor.
Pleyadianos guardianes de la paz,
tejen hilos de luz en un manto tenaz.
El espíritu se eleva en alas doradas,
como ave radiante en tierras sosegadas.
Alma que resplandece, estrella en la oscuridad,
guiada por la luz, en divina claridad.
En los pliegues del tiempo, secretos se entrelazan,
los pleyadianos susurran, esperanzas abrazan.
El amor, faro que ilumina el sendero,
tejiendo la paz, en cada vuelo ligero.
El alma danza con esencia de estrellas,
pintando arcoíris en las noches más bellas.
Pleyadianos cómplices, en el misterio,
tejen amor y paz, en un eterno criterio.
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