Estrella Cañas nació en Córdoba y vive actualmente en Madrid.
Ella no nació pintora, pero la leyenda del artista abunda en la precocidad y en el innato
talento artístico (Giotto, Miguel Ángel…), mientras que la historia indica que la vocación, el
deseo de crear, no siempre se manifiesta desde temprana edad.
Estrella Cañas no fue precoz, tuvo que atravesar vicisitudes personales y encontrar el
impulso de su hermana para llegar hasta éste momento.
Necesitó que alguien creyera en ella.
Su formación la capacitó para convertir en realidad algo que no era un sueño. Era una
posibilidad, pues la creación es algo que define a cada persona. Potencial. La pintura de
Estrella Cañas representa la capacidad del artista.
La potencia del color.
Ella vive el color, lo interioriza y lo convierte en vibración.
Las influencias del impresionismo, del cubismo o el expresionismo son el poso, que en
quienes han vivido la pintura como espectadores, al convertirse en creadores, fermentan.
El color y su técnica son su firma expresiva.
El color para componer, y no para distraer.
Sigue la máxima de Gauguin: “Si el tronco de un árbol te parece rojo, píntalo con el rojo más
intenso”
El colorido se distribuye en los cuadros a través de la pincelada, o del collage, de forma
sensual e intuitiva. A menudo se identifica su emotividad en un contraste, en una variedad
tonal…,
Los colores complementarios en armonía casi musical y a la vez memorial.
Su color vibrante enraíza con las vanguardias fauvista y expresionista. Su construcción
bebe del cubismo y la realidad clásica.
El paisaje y el retrato son sus géneros.
Elementos que conectan con la idea de la artista consciente del legado y su sitio en el
presente.
Porque todos somos lo que vivimos y sin lo vivido sólo somos continente.
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